Reflexiones sobre el deporte en el Día mundial contra la LGBTfobia en el deporte.
La Newsletter de AltavozLGBT+ del 23 de febrero del 2024
La semana de este 19 de febrero, día mundial contra la LGBTfobia en el deporte, nos ha puesto a reflexionar sobre para qué sirve el deporte. Pero bueno, la verdad, si no hubiera sido mi tarea autoimpuesta de la semana, yo no lo reflexionaría, ni al caso. ¿Pero ustedes qué tal? Esta semana presenta una excusa tan buena como cualquier otra, ¿alguna vez se han puesto a pensar?
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“El vestidor siempre fue una pesadilla, los niños deportistas de mi escuela me odiaban, los entrenadores me odiaban, y aunque en general no me interesaban mucho los deportes populares, yo evitaba las actividades atléticas por terror, no por falta de interés”, nos narra un testimonio reportado por la revista Forbes en su artículo ¿Por qué los jóvenes LGBTQ evitan el deporte en la escuela? Una investigación reciente nos muestra que es por miedo a la discriminación.
“Por miedo a la discriminación”, una inesperada, increíble, impactante respuesta a la pregunta de investigación que se hizo el Trevor Project en el 2021, a través de la cuál nos comparten que “‘La tasa de participación de jóvenes LGBTQ en el deporte es significativamente menor que la de sus compañeros heterosexuales y cisgénero, lo que indica que se debe hacer más para que el deporte sea un entorno acogedor y afirmativo para todos los que deseen jugar’, dijo Carrie Davis, Directora de Comunidad en The Trevor Project. ‘Ningún joven debería ser excluido de los beneficios del deporte —amistad, diversión y liberación de estrés— debido a su orientación sexual o identidad de género’.”
Como varios miembros de la comunidad LGBT, yo también alguna vez fui joven, y no fue hasta que encontré una actividad atlética individual (la natación), cuando estaba en el bachilleres, que practiqué algún deporte en serio, en una alberca a la que tenía acceso como parte de las prestaciones del trabajo mi madre, a través de ISSSTE aquí en Chihuahua. El gobierno federal impulsa el deporte, sobre todo para quienes tienen acceso a prestaciones de gobierno.
Pero bueno, ¿qué otra cosa podría haber hecho? ¿Jugar fútbol con los bullies de la secundaria, o los del barrio, o los amigos de mi hermano (y mi hermano)? No sé. Para los que nos cantaban la rola Puto de Molotov, no hay nada menos atractivo que un deporte que celebra y defiende el canto homofóbico como insignia de orgullo nacional.
Sporting News, 2023: “La federación mexicana de fútbol ha sido sancionada repetidamente por la FIFA en los últimos años por un canto homofóbico utilizado por sus aficionados durante los partidos del equipo nacional mexicano, tanto en casa como fuera.
A pesar de todos las medidas tomadas por la federación mexicana, las repetidas acciones disciplinarias, e incluso la detención de partidos, el canto sigue siendo una mancha negra para los seguidores de El Tri, que son algunos de los más apasionados del mundo.
En un momento previo al Mundial de la FIFA 2022, México se vio obligado a jugar dos de sus clasificatorios para el Mundial 2022 en casa sin aficionados en las gradas.
El canto volvió a escucharse en la semifinal de la Liga de Naciones de la CONCACAF de 2023 disputada en Las Vegas entre Estados Unidos y México, con el árbitro deteniendo el juego hacia el final del partido e incluso acortando el encuentro”.
El 19 de febrero, originalmente llamado Día Internacional en contra de la homofobia en el deporte, conmemora el cumpleaños del futbolista inglés negro Justin Fashanu (1961 - 1998), uno de los futbolistas más queridos por el público británico a finales de los años 70s y principios de los 80s, antes de convertirse en el primer futbolista profesional en salir del clóset y hablar abiertamente de su homosexualidad en 1990; el primer jugador negro de fútbol inglés en valer una tarifa de transferencia de 1 millón de libras ($1.56 millones de dólares) cuando se trasladó del Norwich City al Nottingham Forest.
Yahoo sports, 2013: “Los futbolistas aprenden a desarrollar la habilidad de bloquear los insultos de los aficionados, incluso los más repugnantes y llenos de prejuicios. Pero lo que más dolió a Justin Fashanu fueron los comentarios de su hermano John, también un destacado profesional que jugaría dos veces para el equipo nacional de Inglaterra. John Fashanu describió a Justin como un ‘marginado’ después de las revelaciones sobre su sexualidad, lamentando el hecho de que él (John) sería el centro de atención adicional de burlas de los aficionados como resultado de la salida del clóset de Justin.”
Amal Fashanu, sobrina de Justin, en el mismo artículo, comparte su reflexión: "No creo que se arrepintiera de nada de lo que hizo, él tenía esa clase de espíritu, así que no tengo arrepentimientos por él. Pero lo que sí deseo es que pudiera haber sido diferente, que hubiera podido ejercer sus derechos humanos y ser recibido con respeto, compasión y comprensión, en lugar del tratamiento de odio que recibió."
En el artículo de Homosensual, Historia del Día Internacional contra la LGBTfobia en el Deporte, Ana Flores nos sigue narrando la historia: “En lo que creía la cúspide de su carrera, el jugador se enfrentó a diversas presiones. Incluso se rumora que su hermano le ofreció dinero para que no hiciera de su homosexualidad un tema público.
Finalmente, en 1990 el diario The Sun lanzó una declaración de Justin Fashanu bajo el titular «Estrella de fútbol de 1 millón de libras: soy gay». Además de ocupar la portada, en el contenido se detallaron los encuentros que tuvo con un hombre del parlamento inglés.
En numerosas ocasiones se ha dicho que Justin recibía ofertas de distintos medios que, por el morbo, le ofrecían cantidades exorbitantes por tener la exclusiva.”
¿Y qué pasó después?
“Posteriormente, el equipo tuvo la excusa perfecta para echarlo. Se lesionó la rodilla y le retiraron el contrato. En medio de una inestabilidad entre equipos de Canadá, Suecia, Nueva Zelanda y Escocia, un joven de 17 años lo acusó de abuso sexual.
Las autoridades encontraron a Justin atado al techo del garage de su casa en Londres dos meses después, en mayo de 1998. Se suicidó y dejó una nota aclarando su inocencia.
Luego se dio a conocer que Fashanu decía la verdad: no se había levantado ninguna orden de arresto y tampoco se contaba con pruebas en su contra. Sin embargo, siempre temió por las circunstancias en las que podría —o no— acceder al juicio.”
Así la historia, así estamos. Reflexionemos acerca del papel del deporte en la sociedad. Pero primero, ¿qué hacer en momentos de reflexión y duda? Lo que hacen los zoomers, le preguntamos a una inteligencia artificial:
“El papel del deporte en la sociedad es multifacético. El deporte puede tender puentes entre divisiones culturales y sociales, fomentar la participación comunitaria y promover un estilo de vida activo, que favorece la salud física. También desempeña un papel significativo en el desarrollo individual, incluidos aspectos como la autoestima, la disciplina, el trabajo en equipo y las habilidades de liderazgo. En lo que respecta a la autoactualización, el proceso de realizar todo el potencial de uno mismo, el deporte puede proporcionar un medio poderoso para el crecimiento personal y la expresión personal.” (GPT4)
OK, señora inteligencia artificial, la comunidad LGBT+ comparte esta evaluación optimista del papel del deporte en la sociedad.
“Pese a que el deporte suele ser asociado a un espacio poco amigable con la comunidad LGBT+ debido al historial de homofobia que cargan históricamente algunas de sus disciplinas, hay quienes deciden convertir sus canchas en lugares seguros para ellos y los demás miembros de la comunidad”, nos platica Daniel Hidalgo en su artículo para Altavoz LGBT+ El deporte como medio para fortalecer la comunidad LGBT+, donde nos cuenta la historia de los torneos de voleibol organizados por Comité de la Diversidad Sexual de Chihuahua, que comenzaron en el 2014.
“Este tipo de actividades lograron marcar a algunas personas, tal como el caso de Raúl Artalejo Leija, uno de los primeros participantes del torneo y quien descubrió gracias a este su pasión por el deporte, mismo que no abandona hasta la actualidad.”
“‘Antes me limitaba, bajaba la banderita, la escondía un rato y la sacaba en lo oscurito. (Así) se presta para que haya esa comunidad y confianza de estar con más gente donde te sientes aceptado’ comenta [Raúl] sobre ser tú mismo en el deporte en cuanto a tu expresión de género, y de la importancia de estos proyectos deportivos para transformar espacios seguros para integrantes de la comunidad.”
“Actualmente Raúl además de participar en varios equipos de voleibol, también se dedica a entrenar a distintas personas que quieren mejorar su habilidades en el deporte. De quienes integraron su primer equipo en 2014, dos chicos siguen entrenando con él, junto a varias mujeres y familias enteras que se reúnen alrededor de esta actividad deportiva.”
Aquí en México, también está el caso de la Asociación Nacional de Deporte LGBT+. En el 2021, su fundador, Iván Lara, le platicó a la revista Homosensual acerca del proyecto, que nació en el 2018, cuando decidió vincular a diversos equipos y organizaciones de la comunidad. “Lo que pretende la Asociación Nacional de Deporte LGBT+ es unir a esos equipos, darles voz, darles visibilidad, hacer vinculación con el Gobierno y con empresas además de darles asesoría para que puedan sentirse acogidos”. Actualmente, la organización tiene 209 afiliados en distintas ciudades del país. Cuenta con presencia en CDMX, Jalisco, Querétaro, Chiapas, Guanajuato, Tamaulipas, Colima y Puebla.
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No hay conversación más vigente y acalorada acerca de la LGBTfobia en el deporte que la de la participación de mujeres trans en deportes profesionales.
American Progress, 2021: “Mientras que los atletas cisgénero no sufren de ninguna consecuencia negativa cuando participan atletas transgénero, las políticas que prohíben a estudiantes transgénero participar y competir en equipos deportivos de acuerdo con su identidad de género, o dificultan que lo hagan, pueden causar un daño sustancial a la salud mental, bienestar y vidas de jóvenes transgénero, tanto atletas como no atletas.
A través de múltiples encuestas, grupos de edad y entornos, emergen tres tendencias consistentes y preocupantes:
1) Los jóvenes y adultos jóvenes transgénero tienen más probabilidades que sus compañeros cisgénero de presentar problemas de salud mental, incluido un riesgo de depresión sustancialmente mayor, ideación suicida e intentos de suicidio; 2) Los jóvenes y adultos jóvenes transgénero tienen sustantivamente más probabilidades que sus compañeros cisgénero de experimentar acoso escolar, victimización, hostigamiento, violencia y rechazo por parte de sus compañeros dentro de un contexto de políticas discriminatorias, como las prohibiciones deportivas transgénero que sirven para legitimar y fomentar climas hostiles; 3) Cuando los jóvenes transgénero encuentran políticas y compañeros aceptantes y afirmantes, incluidas políticas deportivas que los afirman, su riesgo de mala salud mental y suicidio disminuye, y donde faltan estos apoyos el riesgo es sustancialmente más alto.”
GLSEN (Gay, Lesbian & Straight Education Network), 2022: “Para todos los estudiantes, tener la oportunidad de participar en deportes conduce a resultados positivos, que incluyen el desarrollo físico, habilidades sociales y bienestar psicológico. Los beneficios psicológicos del deporte incluyen específicamente una mejor regulación emocional, una disminución de la desesperanza y la ideación suicida, menos síntomas depresivos y una mayor autoestima. La investigación también ha encontrado que la participación en deportes está relacionada con una mayor sensación de pertenencia a la escuela y comportamientos pro-escolares. Específicamente entre los jóvenes LGBTQ, la investigación ha encontrado beneficios para el bienestar psicológico y la pertenencia a la escuela debido a la participación en deportes.”
Por supuesto, la exclusión y la hostilidad hacia de personas de la comunidad en el deporte no nace de un impulso por proteger ningún valor noble deportivo, sino de una concepción del deporte como un espacio masculino cis-heteronormado, que necesita protegerse de la inclusión de personas de la diversidad como históricamente lo ha hecho de la participación de las mujeres.
“El deporte ha sido concebido como masculino, nació varón, y para preservar esta condiciones necesita que el deporte de mujeres siga siendo pensado como la alteridad, como algo periférico y accesorio” (Ludmila Fernández López, citada en el artículo Por qué la clasificación binaria en el deporte está destinada a desaparecer de Malvestida), “La necesidad de ‘proteger’ al deporte femenino [de la participación de atletas trans] se revela como una de las tácticas discursivas para hacer justamente lo contrario: proteger al deporte masculino, que es el deporte por excelencia”.
Hasta aquí por ahora, que mi editore me regaña cuando me extiendo demasiado. Queda mucho de qué hablar, como de la supuesta ventaja competitiva que las mujeres trans tienen en el deporte. Por mientras, sólo comparto el siguiente artículo:
American Civil Liberties Union (ACLU), Cuatro mitos sobre atletas trans, desmentidos:
Mito: La participación de atletas trans afectará a las mujeres cisgénero. Hecho: La inclusión de atletas trans nos beneficiará a todos.
Mito: Las características fisiológicas les proveen de una ventaja injusta sobre atletas cisgénero. Hecho: Los atletas trans no tienen una ventaja injusta en el deporte.
Mito: El sexo es binario, evidente al nacer, e identificable a través de características biológicas singulares. Hecho: Las mujeres trans son mujeres.
Mito: Los estudiantes trans necesitan equipos separados. Hecho: Las personas trans pertenecen a los mismos equipos que otros estudiantes.
Como siempre, muchas gracias por llegar al final de esta newsletter, que espero te haya servido para entretenerte y reflexionar un poquito, como me sirvió a mí para lo mismo. Nos vemos en la siguiente edición 👋.
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